HISTORIA DEL PICÓ
Es el inicio de la llamada era moderna, cuando la tecnología análoga se comenzó a mezclar con la digital. Se les llama “fraccionados” porque los 18 o 24 parlantes que tenían en promedio los escaparates se dividieron en bafles de 2, 4 y hasta 6 parlantes como máximo. De esta forma se colocaban bafles en todos los rincones de un baile.
Es el momento en que los picós empiezan a utilizar luces de miniteca para llamar la atención, se comenzaron a llamar “Súper Estéreo Láser”. Los más básicos contaban con uno o dos tocadiscos, una casetera y un mini disc, mientras que los más avanzados contaban con reproductores de CD. Los más pequeños alcanzaban los 600 vatios de sonido, mientras que los más grandes llegaban hasta 5000.
Durante los años 90´s los picós se convierten los mayores productores de música local en Cartagena, empiezan a producir champeta “criolla” es decir canciones africanas con letras en español, estos temas los graban cantantes, músicos y productores locales en estudios en Cartagena y Barranquilla; toman elementos de la música tradicional y de las distintas músicas africanas y caribeñas dando como resultado lo que hoy conocemos como champeta.
Uno de los picós que mas aportó en el desarrollo de esta nueva música fué “el Rey de Rocha” ya que empieza a producir sus propios exclusivos debido a que las canciones africanas estaban siendo copiadas por el emergente mercado pirata. El Rey de Rocha fue creado por la familia Iriarte Arias en 1983 en la pequeña población de Rocha, corregimiento de Turbaco en la Costa Caribe colombiana. En 1987 se establecieron en Cartagena.
LOS PRIMEROS PICÓ
Los primeros Picós fueron construidos en Colombia en 1950 y en sus inicios eran extensiones de la vitrola familiar a la que empezaron a conectar pequeños altavoces que luego se colgaban en los árboles del patio trasero de las casas para generar más volumen durante las fiestas.
La sabiduría popular dice que los “costeños” siempre quieren tener un sonido más potente que el del vecino, por lo que los picós rápidamente se empiezan a alquilar para fiestas familiares, estaderos y verbenas populares; con el tiempo se vuelven cada más elaborados lo que genera un desarrollo tecnológico en el que algunos técnicos aprendieron cómo adaptar, cada vez más profesionalmente, los parlantes a amplificadores más grandes con el fin de proporcionar más potencia de volumen.
No hay un acuerdo acerca del sitio de origen de los primeros Picós, algunas investigaciones apuntan a que fueron construidos en Cartagena, otros aseguran que nacieron en Barranquilla, y cada investigación está respaldada con nombres, cifras y datos.
Sabemos que por los años 50´s los picós de Cartagena y Barranquilla servían como medio de difusión de música Costeña, Cumbia, Porro, Merecumbe y música Cubana, sobre todo Mambo y Rumba, que estaba de moda en todo el Caribe.
En Cartagena los picós empezaron a popularizarse entre los años de 1945 a 1950 con diseños artesanales y pinturas llamativas en el Pasaje Boca del Toro del barrio de San Diego.
En los 50´s las cajas de sonido no rebasaban un metro de altura, 1 ó 1.20 m. de ancho y sólo tenían dos parlantes con bobinas de 15 ó 18 pulgadas, generalmente de marca Jim Lansing (después conocidos como JBL por las siglas del nombre de este ingeniero electrónico norteamericano).
la era de los escaparates
Los Escaparates fueron los protagonistas desde los 70´s hasta finales de los años 80´s. En esta época los picós eran cajas de madera del tamaño de un Closet ó “escaparate”; máquina que se respetara tenía un bafle principal, generalmente con 12 parlantes de 18 pulgadas (45 cms.), un bafle auxiliar con 6 parlantes y sobre estos iba un parlante pequeño en el que se instalaban los twitters o “regaderas”, que eran las encargadas de darle el brillo especial al sonido, y era en donde se colocaba el nombre del picó.
En los tempranos años 70’s los picós que mandaban la parada en Cartagena eran El Isleño del popular Cardales, El Mayor, El Ciclón, El Príncipe y en menor grado El Perro, El Huracán, El Platino, el Diamante, El Conde y el Almirante. Los Picós pequeños producían unos 200 vatios mientras que los más grandes alcanzaban hasta 3000 vatios de potencia.
En los 70 y 80´s El Isleño puso a bailar cientos de barranquilleros en las Verbenas de Carnaval como la Cueva Fantástica, Rancho Universal y La Pantera.
Los amplificadores de sonido de los Picós procedían de casas fabricantes reconocidas como Phillips, Harman o Marantz; aunque quienes no tenían dinero suficiente para hacerse a un amplificador “importado” tenían que recurrir a un técnico local para que le fabricara un amplificador hechizo con los famosos tubos L34, que daban la potencia de salida y en muchos casos tenían hasta 60 unidades montadas en paralelo o usaban otro tipo de tubos a los que llamaron popularmente ‘teteros’ que eran nada menos que los tubos usados por las emisoras para la emisión.
Muchos de estos técnicos mejoraron sus conocimientos y llegaron a producir amplificadores que resultaron ser de mejor sonido y mayor potencia que los importados. Estos hechizos criollos no tenían nada que envidiarle a los extranjeros.
Se dice que fue en Cartagena donde los Picós aumentaron su tamaño llegando en algunos casos a construir parlantes de 3 metros o más de altura, cada parlante podía contener 10 parlantes de 18 pulgadas. Se dice que el picó El Perro fue el que innovó en el asunto del tamaño y que dio la sorpresa en Barranquilla; en una oportunidad lo llevaron a una verbena en Barranquilla en el sector de La Cordialidad, por los lados del barrio El Bosque. A partir de ese momento comenzó la moda de los picós gigantes en Barranquilla y con ello vinieron los famosos duelos, principalmente en los barrios del sur de la ciudad.
En los años 70´s se dio un importante cambio en el que se pasa de la tecnología análoga de los tubos a los transistores o “checas” llamadas así por su parecido con las tapitas de las cervezas o gaseosas; pero muchos de los propietarios de picós se mantuvieron en la tecnologia tradicional de tubos ya que según ellos producían mejor calidad de sonido sobre todo en los bajos.
Aparece también el primer picó stereo conocido como EL CONCORDE cuyo slogan era “El Veterano Indestructible” y se preciaba de tener “ Técnica Japonesa” su propietario era TONY WON, ciudadano Chino radicado en Barranquilla.
Hasta la primera mitad de los años 70, la música del Caribe colombiano había estado de espaldas a las tecnologías musicales, como la de los teclados y el sonido de los sintetizadores y, en fin, de la percusión electrónica. Este panorama comienza a cambiar con la irrupción vía picotera, de los éxitos de Haití y otras islas del Caribe, que comienzan a llegar a las consolas de nuestras máquinas de sonido en Cartagena y Barranquilla.
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